Si alguna planta silvestre nos recuerda al invierno y al frio, especialmente porquè nos recuerda a las fiestas navidenyas, es el rusco (Ruscus aculeatus).

Este pequeño arbusto habita principalmente zonas forestales con elevada humedad como los encinares, pero también en maquias, matorrales y pinares del mediterráneo. Es fácil de reconocer debido a sus cladodios, tallos aplanados que recuerdan a hojas, sobre los que se desarrollan las flores a lo largo de la primavera y el verano y los rojos frutos en otoño e invierno.

Se trata de una especie protegida por el catálogo balear de especies amenazadas, catalogada como especial protección con el objetivo de evitar su recolección con fines comerciales. Debido a su uso simbólico y decorativo durante estas fechas las poblaciones pueden verse amenazadas, coincidiendo justo con el momento de su fructificación pudiendo afectar al reservorio de semillas natural.