La vinca es una de las pocas plantas mediterráneas que podemos encontrar en flor durante el invierno. Este caméfito de largas ramas, crece por el suelo formando alfombras en zonas sombrías y húmedas como son torrentes y márgenes de caminos. Sus flores de color azul–violáceo recuerdan pequeñas hélice por la asimetría de sus pétalos. Aunque las podemos observar durante todo el año, podemos observarlas fácilmente durante los meses de invierno, momento en el que disfrutan de más luz debido a la pérdida de hojas de los árboles caducifolios en su hábitat.